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¿Es legal pertenecer a un Club de Cannabis?

Si, en España existen numerosas asociaciones de fumadores de cannabis totalmente legales y lo cierto es que el consumo de marihuana y hachís se encuentra socializado y tolerado. Tanto es así que el 35% de los españoles reconocen haberla probado alguna vez, y el 84% de los ciudadanos se encuentran a favor de su legalización con fines terapéuticos, un porcentaje que baja hasta el 47% cuando lo es con fines lúdicos.

En realidad, nos encontramos en un limbo legal, pues si su posesión y consumo es legal en espacios privados, no lo es en la calle; su cultivo para autoconsumo es legal, pero no lo es para la venta a terceros. De ahí que el código penal español no considere delito el consumo, la posesión y el cultivo de marihuana y hachís siempre que sea para uso propio y no esté destinada al tráfico.

Como decimos, el consumo de cannabis en espacios privados en ningún caso es ilegal, y como espacio privado deben entenderse los clubs de fumadores, para los que no existe una normativa específica, lo que explica que algunas Comunidades Autónomas hayan intentado regularlos, estableciendo un régimen jurídico en aras de los derechos y deberes de los asociados, así como los mecanismos de control y de inspección de su actividad desde el punto de vista de la salud pública, con el fin de prevenir los riesgos inherentes al consumo de cannabis y reducir los daños. La primera de ellas fue Navarra (Ley Foral 24/2014), la siguió Euskadi (Ley 1/2016) y Cataluña (Ley 13/2017). Esta última ley ha sido recientemente anulada por el Tribunal Constitucional, no, por considerar la ilegalidad del cannabis, sino, porque según él tribunal, la competencia regulatoria correspondería al Estado y no a las Comunidades.

Además, existe una clara tendencia a la legalización o al menos regulación del consumo del cannabis a nivel internacional. A principios del año 2.019, la OMS (Organización Mundial de la Salud), modificó sus conclusiones respecto a las restricciones sobre el consumo de cannabis y sus consecuencias para la salud. Como resultado, la OMS recomendó a la ONU que retirase dicha planta de la Lista IV de su Convención de Estupefacientes de 1.961, en donde se encuentran las sustancias más peligrosas y sin valor médico alguno, y fuera incluida en la Lista I, que engloban aquellas con propiedades terapéuticas, facilitando en un futuro su regulación con tales fines.

La conclusión a la que llega la OMS –que el cannabis tiene propiedades terapéuticas y debe ser excluida de la lista de sustancias peligrosas- tiene un fundamento plenamente científico, y así lo han reconocido varios países. No debemos olvidar que en la actualidad existen diversos grados de permisividad respecto al consumo (sea en su variante marihuana, o hachís) dependiendo del país. A modo de ejemplo, en Europa hasta 12 países tienen algún tipo de regulación en relación al consumo de cannabis, (Países Bajos, Italia, Dinamarca, España, Portugal, República Checa, Alemania, Suiza, Bélgica, Islandia, Israel...). Esto también sucede fuera de Europa (Camboya, Corea del Norte, Jamaica, Uruguay, Jamaica, Nepal, Colombia, o Israel), mientras que, en países como Canadá, y Estados Unidos -donde 8 de estados ya han regulado su consumo recreacional, y 29 de ellos, medicinal- existe regulación a nivel estatal o local.

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¿Qué es un club de fumadores de cannabis?

No es más que una asociación, como cualquiera otra, esto es, una agrupación de personas constituida para realizar una actividad colectiva de una forma estable, con objetivos e intereses comunes, un funcionamiento democrático conforme a unos estatutos, independiente y sin ánimo de lucro. Una asociación de fumadores está por tanto amparada en el derecho de asociación, reconocido en el artículo 22 de nuestra Constitución, y desarrollado en la Ley Orgánica 1/2002 de 22 de marzo reguladora del Derecho de Asociación, y su característica esencial es la agrupación de personas para un fin común que, en este caso, es el consumo compartido de cannabis (marihuana o hachís).

En España existen cerca de mil clubes, especialmente localizados a lo largo de todo el País Vasco y Andalucía, así como en Barcelona y Madrid, y otras ciudades. La asociación debe cumplir unos requisitos administrativos para ser totalmente legal. En nuestro caso, se encuentra debidamente constituida con su número de identificación fiscal y la pertinente licencia administrativa de actividad, además de estar inscrita en el correspondiente Registro de Asociaciones.

Ahora bien, no te confundas. Un club de fumadores no es un sitio en donde la gente vaya a “ponerse morada a porros”, o donde se promueva o favorezca la facilitación ilegal de cannabis. La asociación es un lugar de consumo compartido de cannabis, pero también un espacio en el que, a través de charlas informativas y coloquios, se promueve el debate social sobre la situación legal del cannabis, buscando que el socio sea informado desde todos los puntos de vista, científico, médico y legal.

Como decimos, no sólo se trata de fumar, también de compartir experiencias relacionadas con el cannabis, entre ellas también su cultivo. Este no está legalizado, pero sí despenalizado siempre que sea para el autoconsumo (que según la jurisprudencia se encontraría entre 10/15 gramos al día). También caben actividades no relacionadas con el cannabis, como puede disfrutar de una conversación, ver un partido de futbol o jugar al ajedrez.

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¿Cómo funciona un club de cannabis?

Creemos que el consumo de cannabis por parte de adultos, en el ámbito privado, ya sea por motivos lúdicos o por motivos terapéuticos, es una opción que forma parte del ejercicio del derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad, del derecho a la libertad de conciencia y de disposición del propio cuerpo, así como del derecho a la salud y a escoger las terapias y los tratamientos más adecuados al estado de salud de cada persona. Múltiples investigaciones han demostrado que algunas sustancias químicas del cannabis, incluidos el THC y el cannabidiol (CBD), tendrían aplicación medicinal.

Son numerosas las sentencias que se refieren a los clubs de fumadores. Destaca sin lugar a dudas la dictada por el Pleno del Tribunal Supremo en fecha en fecha 7 de septiembre de 2.015 (484/2015) y que al respecto de la legalidad de los mismos, viene a decir que no se trata tanto de definir unos requisitos estrictos más o menos razonables para ello, sino de examinar cada supuesto concreto para indagar si estamos ante una acción más o menos oficializada o institucionalizada al servicio del consumo de terceros o más bien ante un supuesto de real cultivo o consumo compartido propio de una asociación de este tipo, más o menos informal pero sin pretensión alguna de convertirse en estructura estable abierta a terceros, de ahí que, dependiendo de uno u otro, se estaría fuera o dentro de la legalidad.

Esto es, dentro de esa legalidad, continua la sentencia, se encontrarían aquellas asociaciones que, formadas por un grupo reducido de personas, (en ningún caso, nunca un tercero ajeno a la misma), tienen el hábito de fumar regularmente cannabis (sea marihuana, o hachís) y lo hacen dentro del local de la asociación, y nunca a la vista de terceros, y menos en la vía pública.

En fin, un club de fumadores no es más que un lugar de encuentro en donde personas con dicho hábito, se agrupan para compartir su consumo. Por lo tanto, si tienes la mala costumbre de echarte un “manolillo” de manera regular, sea por cuestiones lúdicas o terapéuticas, tienes 25 o más años, espíritu asociativo e inquietudes relacionadas con el mundo del cannabis en su más amplia expresión, y crees en el consumo compartido y responsable, estaremos encantados de mandarte una invitación para que vengas a una de nuestras charlas coloquios y conozcas los proyectos y objetivos de la asociación.

Para ello únicamente rellena el formulario y háznoslo llegar y nos pondremos en contacto contigo.

Cómo funciona un club